Foto de: El País

La Unión Europea hace semanas que aprobó los llamados “bonos de reconstrucción” con el objetivo de proporcionar a los países liquidez sin necesidad de endeudarse, al ser la deuda de estos bonos acometida por las propias instituciones europeas, siendo pagada con reducciones del presupuesto comunitario en el período 2021-2017, y no por los estados miembros. Tras esto ha habido muchas discusiones sobre qué cantidad y cuando se deberían proporcionar estos fondos para la reconstrucción, no obstante, y aunque resulte curioso, al gobierno de Sánchez esto le ha dado igual.

Lejos de discutir sobre si el envío debía ser inmediato o al comienzo del próximo trimestre fiscal, o de debatir sobre la cantidad por ser considerada por algunos economistas demasiado escasa para los miembros de la Unión en su conjunto, siendo cerca de 1.5 billones. Sánchez solo ha protestado sobre un aspecto, el control de los fondos. La Unión, como es lógico, y desconfiando de muchos de sus estados miembros, sobre todo de España, Italia y el Bloque del Este, formado por Polonia y Hungría, ha exigido que los fondos sean controlados por las instituciones comunes. La presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen ha afirmado que esto es necesario para que  sean usados ” correctamente para garantizar prosperidad”.

En un nuevo espectáculo de egocentrismo por parte de nuestro gobierno, el presidente ha mostrado quejas constantes sobre este aspecto, negándose a que los fondos sean controlados de forma directa por la Unión y que estos deberían, en su lugar, ser manejados por el Gobierno de España. Igualmente el ejecutivo socialista ha comenzado a buscar un enemigo al que atacar, tratando de desviar la atención sobre que lo único que impide que recibamos esos fondos es su propia actuación así como la desconfianza que genera. En este caso han encontrado como chivo expiatorio al Primer Ministro de los Países Bajos Mark Rutte, que con lógica exige que los gobiernos tengan que explicar sus actuaciones así como reducir el gasto público desmedido que muchos países tienen planeado.

En este sentido Rutte se ha expresado alegando que los gobiernos como el español deben cambiar y actuar de acuerdo con lo que exige la economía y no la ideología, afirmando que “sin reformas no habrá ayudas”. Rutte exige que los países receptores se comprometan, primero a seguir los dictados de Unión, y segundo, a realizar reformas del tejido productivo que aseguren su fortalecimiento para poder evitar que estos fondos se vuelvan a necesitar en un futuro. A causa del funcionamiento del Consejo Europeo Rutte ha amenazado con bloquear la concesión de forma unilateral, alegando que dicha concesión iría en contra de los intereses manifiestos de su nación, forzando a la creación de un consejo de ministros de economía de los estados miembros con el objetivo de, allí, alcanzar un acuerdo satisfactorio.

Pobre de él, pues ante estas peticiones lógicas se ha visto acusado, de un tiempo a esta parte, de una pléyade de crímenes por parte del sanchismo, desde el suave “insolidario” hasta el bastante incompresible “fascista” considerando que pertenece al partido democristiano de su país. Pero nunca cabe olvidarse de que si no hay dinero no es por él, u otros países como Suecia o Austria que exigen este control, es por Sánchez que se niega, en colaboración con otros presidentes Europeos como el Italiano Conte, a aceptar que se realice un control de los fondos.

3 COMENTARIOS

  1. Me parece muy razonable que el Presidente de Holanda quiera controlar los dineros que se le vayan a conceder a España ya que Sanchez e Iglesias no tienen ninguna credibilidad.Yo haría lo mismo.

    • El Ego e Ineptitud de Sanchez más la “Ilusión y anhelo” de Iglesias de convertirnos en “SU VENEZUELA ” se huele desde Europa. Lógico que quien preste dinero exija un gasto “productivo” y Reformas que acoten el Gasto Público desmedido típico del COMUNISMO.Nadie confía en Pedro y Pablo.

  2. Era de esperar, yo no le prestaría a ninguno de estos ni 5 euros sin una garantía clara.
    No se entiende qué clase de prepotencia les invade para pretender dineros prestados sin garantías de devolución y negarse a ser controlado, lo cual ya de por sí es una factor de desconfianza añadido, porque alguien que se niega a ser controlado por el que te presta el dinero sin garantias claras de que lo devolverás, es porque no tiene muy buenas intenciones…

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