Llegó el verano, y aunque estemos en una situación de alerta sanitaria, los satélites de la izquierda más extrema siguen jugando al ajedrez, un juego que tiene sobre el tablero demasiadas fichas y egos, pero sólo puede quedar uno ¿quién ganará? Ese es el temor de los peones españoles, nos estamos acostumbrando demasiado fácil a las mentiras, trampas y manipulaciones de la torre Iglesias y de la dama Sánchez, mientras tanto protegiendo la constitución y la monarquía parlamentaria siguen quedando algunos alfiles y caballos como Casado, pero la partida no está ganada, es más diría que aún ni tan siquiera ha comenzado, debemos estar preparados.
Defender al rey es la misión de cualquier peón, también debería de ser la de todos los que protegen la nación, algo difícil de hacer cuando en nuestro propio bando tienen como objetivo hacer jaque mate, sabemos y somos conscientes que son una minoría, pero todo ataque debe ser controlado, analizado y nunca subestimarlo.
El tablero de nuestro ajedrez lleva algún tiempo en reparación tras más de 40 años sin jugar una partida. En los últimos años hemos logrado cambiar y renovar las fichas, el rey y algunos de sus protectores sabían que deberían empezar a prepararse para ganar una nueva batalla, o quien sabe igual la última partida.
Las instrucciones del ajedrez Español son claras, están recogidas en la Constitución de 1978, durante los últimos años hemos disfrutado y crecido en un régimen democrático que ha llevado a España a las mayores cotas de bienestar social y económico.
Nuestro principal problema no es la monarquía o la república, nuestro mayor fracaso como peones y como sociedad, es las licencias y cheques en blancos que estamos concediendo a una dama con demasiadas ansias de poder, apoyado por un unas torres fabricadas y adoctrinadas en fábricas de ajedrez con instrucciones más totalitarias y menos democráticas, es en ese momento cuando nuestro juego está en peligro, ya no jugamos con las mismas reglas, no tenemos el mismo enemigo, ni tan siquiera somos del mismo color.
Vivimos en la antesala del inicio de la partida, una jugada arriesgada ya que todos conocen nuestras estrategias, pero nosotros no conocemos las suyas, es de gran importancia el papel que jugarán los alfiles y el caballo, puede ser también su última jugada al frente de la partida de la democracia y la libertad.
Los jóvenes hemos visto muy lejos la creación del ajedrez, pero debemos ser conscientes de la gran oportunidad que nos dieron nuestros padres. Y debemos ponernos como buenos peones a defender a nuestro Rey, debemos trazar una buena estrategia de juego y dejar caer en la primera batalla a la dama y sus torres, esa batalla no tardará en llegar, en los próximos meses muchos peones se movilizarán abanderando causas que son globales y que debemos defender sin fisurar todos los jugadores, mientras tanto las torres y la dama avanzarán, nos volverán a quitar derechos fundamentales y nos volverán a mentir, no nos acostumbremos y demos la batalla no por el Rey, si no por nuestra democracia y la libertad.
El futuro es nuestro, sigamos fortaleciendo nuestros cimientos sólidos. Debemos proponer reformas y mejorar las reglas del ajedrez adaptándolas a la nueva realidad que viviremos en los próximos años. Ese es nuestro reto y esa es nuestra oportunidad. Debemos aprovecharla debemos ser responsables, pero nunca podemos dejar que en nuestro país vivamos un jaque mate a nuestra democracia.
David Enguita