Foto de: Cadena Ser

De acuerdo con un reciente informe de la asociación Terrorism Research and Analysis Consortium (TRAC), centrada en el análisis de casos de violencia política y terrorismo, ha habido un repunte del 25% desde julio de ataques por parte de los restos del Estado Islámico, llegando a los 100 ataques terroristas en Irak. El TRAC subraya que los ataques se produjeron en su mayoría en áreas que se encontraban “liberadas” de la presencia de radicales. Estos datos resultan preocupantes ya que suponen una tendencia a la reaparición de la banda terrorista desde células durmientes. Si esta tendencia se mantiene ISIS volvería a ser un problema para la comunidad internacional a pesar de haber sido derrotado territorialmente en Irak hace solo tres años.

Mustafa al-Kadhimi, Primer Ministro iraquí, en su viaje a Washington el mes pasado, confirmó a la prensa que su país aún necesita el apoyo de los Estados Unidos en la lucha contra la amenaza terrorista, a pesar del anunciado compromiso de la Casa Blanca de reducir su presencia militar en Irak.

De acuerdo con informaciones de Fox News el Primer Ministro afirmaba: “Al final, seguiremos necesitando cooperación y asistencia a niveles que, tal vez hoy no requieran un apoyo directo y militar”, señalando que la cooperación “reflejaría los cambios en la naturaleza de la amenaza terrorista”, la cual incluiría entrenamiento y apoyo armamentístico continuado. Del mismo modo, en Siria, se han dado nuevos casos de ataques terroristas. En el que fue una vez el centro operacional del “califato” de ISIS hasta su derrota en marzo del año pasado, han aparecido pequeños grupos de yihadistas que han lanzado nuevos ataques. El domingo La Fuerzas Democráticas Sirias anunciaban el asesinato de cuatro guerrilleros por parte de ISIS, cerca de la frontera con Irak, en al-Dashisha. Este ataque también se habría producido por la actuación de una célula durmiente que se encontraba en la zona de Deir al-Zor.

Un día después del ataque en Siria, el ISIS reivindicó su responsabilidad en otro ataque en Tuwaymin, una vez más, cerca de la frontera iraquí, donde habrían asesinado a otros cinco milicianos de la FDS, a pesar de que este dato aún no ha sido confirmado oficialmente. Por su parte el Centro de Información de Rojava publicaba un informe el 10 de agosto donde centraba el 79% de las actuaciones del ISIS en el área de Deir al-Zor, mientras que el resto se producían en Raqqa o Manbij, todos estos lugares fueron en algún momento baluartes del Estado Islámico.

Las reacciones por parte de EEUU no han tardado en llegar. Ante los alarmantes datos del resurgir de la banda terrorista, el general de la Marina estadounidense Kenneth McKenzie expresó sus preocupaciones sobre el gran campo de refugiados de al-Hol situado al norte de Siria, donde según la autoridad militar se encontrarían varias familias de antiguos soldados del Estado Islámico. El general asegura que estos centros se podrían convertir fácilmente en criaderos de extremistas y futuros terroristas dadas las pobres condiciones de vida y la facilidad de reclutamiento que permite.

Pero McKenzie no se quedó ahí, en un evento en Washington, convocado por el Instituto para la Paz de EEUU, el militar advirtió que si no se repatriaba rápidamente a los ciudadanos retenidos en estos lugares corríamos el riesgo de “volver a hacer esto otra vez” en 10 o 15 años. Con esto el mando militar se reafirma en que, is las células durmientes despiertan y consiguen reclutar a suficientes radicales podría no solo volver la guerra a Levante, sino que muy probablemente volveríamos a ver una nueva sucesión de atentados en toda Europa y Estados Unidos.

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