Foto de: Heraldo de Aragón

De acuerdo con informaciónes reveladas por el diario Vozpópuli en relación con una carta enviada por el equipo técnico de Podemos, el partido habría estado falsificando las votaciones internas desde 2018. El método utilizado para falsear las votaciones consistía en la eliminación de los votos de personas y círculos de militantes críticos con la dirección del partido.

De acuerdo con miembros del equipo informático de la formación, se habrían invalidado los votos por vía electrónica de estos grupos de personas para que su voto no quedase registrado en los servidores que, posteriormente, se pasaban a una empresa externa llamada “nVotes” para su recuento. Los informáticos afirman que” no consiste sólo en sumar un puñado de votos(…) consiste en eliminar votantes antes del proceso y sin que ellos lo sepan”.

Los autores de la carta revelada por Vozpópuli acusan a la cúpula de la formación de utilizar a según que líderes del partido no enterados como” comparsa de un proceso amañado, igual que han utilizado a las personas que han votado y a nosotros mismos como técnicos”. La estrategia de fraude no se queda ahi no obstante, sino que además este movimiento no deja ningún rastro. Gracias a la protección de datos, terminado el proceso se pueden borrar las huellas del fraude volviendo a verificar a las personas previamente eliminadas. Finalmente ” los votos se destruyen de los servidores así cómo las claves. No queda nada”, apostillan.

La maquiavélica estrategia del partido también incidía en las vidas personales de los candidatos. Esto se debía a que para seleccionar a los que iban a ser borrados del sistema se realizaba una minuciosa investigación de las afinidades de los círculos, los lugares de procedencia o los resultados que habían tenido anteriormente. En muchas ocasiones se ha llegado a pedir ” a alguien de confianza de la candidatura que acceda al censo y repase nombres, direcciones, fotos de DNI y señale a los que apoyen a la otra candidatura”.

Como medida para paliar esta maraña fraudulenta los artífices de la carta únicamente piden la reactivación de una autoridad externa como existía antes del Congreso de vistalegre II. Por último afirman que ” el buen nombre que tanta gente sigue creyendo que si se puede, no se merece que todo lo que defendemos se vea ensuciado por un grupo de dirigentes que no creen en la democracia y a quienes sólo podemos calificar de sinvergüenzas”.

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