En el interior de un avión destinado a, la policía encontró un arsenal compuesto por 82 armas, incluido un fusil de francotirador Barret, calibre 50, y 63.000 cartuchos
Las autoridades estadounidenses incautaron en el aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, un avión venezolano Bombardier Learjet debido a un aviso de aduanas sobre “sospechosos movimientos” en la aeronave. Este avión viajaba a Venezuela, con escala en la isla caribeña de San Vicente y las Granadinas.
En el interior de la aeronave la policía encontró un arsenal compuesto por 82 armas, incluido un fusil de francotirador Barret, calibre 50, y 63.000 cartuchos, además de 23.000 dólares. La investigación ha señalado a Alex Saab, un millonario colombiano que actúa como testaferro de Nicolás Maduro que actualmente se encuentra en Cabo Verde pendiente de una sentencia de extradición a EEUU, de la cual se está defendiendo gracias a la ayuda del ex juez Baltasar Garzón.
Los pilotos venezolanos fueron inmediatamente detenidos acusados de posesión ilegal de armas de fuego y de contrabando de dinero en efectivo. Los pilotos han aclarado que las armas fueron compradas en comercios minoristas de Florida y en tiendas electronicas. Así mismo, uno de los pilotos ha confesado que el destino era la ciudad de Caracas a pesar de que en la hoja de ruta figuraba San Vicente. Ambos se encuentran custodiados por el Cuerpo de Alguaciles de EEUU.
Se conoce que el Bombardier incautado realizaba viajes rutinarios a América Latina, según los registros: Bahamas, Bogotá o Santo Domingo, además de Caracas.
Carlos Paparoni, venezolano comisionado de la Presidencia encargada contra la Corrupción y el Lavado de Dinero denunció que: “El avión interceptado pertenece a una empresa de Roswell Rosales, piloto de Álvaro Pulido Vargas, socio del testaferro de Maduro, Alex Saab. El mundo se les pone pequeño, su estructura criminal está desnuda”.
Al estar relacionado con Alex Saab, quien fue introducido por Piedad Córdoba, ex senadora izquierdista, en los negocios de los jerarcas chavistas, las autoridades estadounidenses creen que se trata de un movimiento del gobierno de Maduro tráfico ilegal con armas y blanqueo de dinero.
En la otra banda Garzón aseguró la semana pasada que: “Utilizaremos todos los mecanismos nacionales e internacionales para evitar la extradición, que el presidente de EE. UU. está diseñando con carácter electoral y, por tanto, político”.
