Foto de: Diario 16

De acuerdo con los datos proporcionados por BBVA Research España se encontraría cerca de una posible crisis en relación con el aumento de la pobreza y la extrema pobreza. Estos resultados se obtienen de un informe sobre la vulnerabilidad financiera publicado por el BBVA en que el gigante bancario trata de determinar la capacidad de resistencia y respuesta de la sociedad ante un shock económico como el producido por la Covid-19.

De acuerdo con la entidad una de las mejores formas para determinar la resistencia de una economía y sociedad ante grandes golpes económicos es ” medir la vulnerabilidad financiara es a través del tiempo que los hogares son capaces de cubrir sus costes de vida en caso de dejar de recibir su principal fuente de ingreso, sin recurrir al crédito ni cambiar de vivienda”. En este sentido por costes de vida la entidad entiende aspectos tradicionales de los análisis económicos como la “cesta de la compra” o los gastos habitacionales mínimos, así como elementos como el pago de Universidad, gastos de comunidad de vecinos o gastos mínimos relacionados con facturas como el teléfono, internet, etc.

Así, la empresa ha determinado que la sociedad española se encuentra especialmente vulnerable, de hecho, cada vez más. Y es que los resultados del informe han confirmado que tan solo un 16,8% de los hogares podrían sobrevivir sin ingresos tres meses, un 8,7% podría resistir un mes y un 7,7% tan solo dispondría de dinero para subsistir durante una semana. La entidad afirma también que “Los confinamientos por la covid-19 y la crisis subsiguiente han ocasionado que muchos individuos dejen de trabajar o reduzcan sustancialmente sus horas de trabajo. Frente a un shock de este tipo, que implica una merma o pérdida de la principal fuente de ingresos, el análisis de la vulnerabilidad financiera de los individuos u hogares, entendida como su capacidad para mantener su nivel de gasto corriente ante la pérdida de ingresos, cobra especial relevancia”.

Y es que de acuerdo con los últimos datos el nivel de paro en España se encuentra rondando en la actualidad el 16%, con unas expectativas de incremento aún mayores, sobre todo en sectores económicos vulnerables como la hostelería o el turismo. De hecho, el sector de la restauración avisaba hace pocos días que más de 140.000 locales se verían abocados al cierre en los próximos meses si no se producían medidas por parte del Gobierno con el objetivo de apoyar al sector, perdiéndose, de acuerdo con las estimaciones, cerca de 1 millón de empleos. Igualmente el sector de los autónomos ha sufrido un fuerte golpe y la organización UPTA (UNIÓN DE PROFESIONALES Y TRABAJADORES AUTÓNOMOS) avisaba en un escrito dirigido al gobierno hace escasamente una semana que se perderían más de 400.000 empleos antes de final de año debido al colapso de los trabajadores autónomos. Así, parece previsible que la extrema pobreza así como la carestía generalizada entre buena parte de la población parece algo cada vez más cercano en la medida en la que la población no puede sobrevivir sin su empleo, cosa que parece abocada a perder en los próximos meses. De hecho 4,29 millones de personas en España se encuentran en la actualidad sufriendo pobreza severa. Esto supone el 9,2% de la población total, de acuerdo con la información de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza revelada el pasado miércoles cifra que, de acuerdo con el mismo organismo, va a aumentar en varios cientos de miles en los próximos miles.

Estos datos de paro creciente parecen augurar un aumento de la pobreza entre la población española durante los próximos meses, y, al menos, durante los dos siguientes trimestres no parece que se vayan a apreciar datos positivos en cuanto al crecimiento económico nacional o el aumento del poder adquisitivo de la población. En este sentido se ha pronunciado BBVA también alegando que los se debe tener cuidado con los sectores poblacionalmente vulnerables al impacto económico pues “existen factores que incrementan el impacto negativo de esta crisis, como ser mujer, tener un reducido nivel de educación y ser joven, así como formar parte del grupo de trabajadores con bajos ingresos”.

En este sentido la entidad financiera apunta que para mejorar la vulnerabilidad se deben tanto crear políticas de protección como fomentar el desarrollo empresarial para sostener a los productores de empleo y evitar la pérdida de ingresos. Igualmente rematan alegando que se debe aumentar la educación financiera de la población pues “La reducción de la vulnerabilidad financiera no es sólo una cuestión de mayores ingresos. La resiliencia financiera se relaciona también con el manejo de las finanzas personales a lo largo del ciclo vital. Para ello se necesitan políticas estructurales que promuevan entre los hogares la planificación del futuro de forma consciente”.

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