Diferentes representantes del gobierno ha alabado hoy la decisión de Pablo Casado de destituir a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Partido Popular, alegando que es “motivo de esperanza” y un “manifiesto por el diálogo”.
Dos ministras del gobierno, Margarita Robles, de defensa, y Carolina Darias, de Política Territorial y Función Pública, han respaldado la decisión de Pablo Casado de expulsar a Álvarez de Toledo de su puesto. De acuerdo con Robles la destitución de la portavoz era necesaria debido a que “es el momento de las personas que apuestan por el diálogo(…) mientras que Cayetana Álvarez de Toledo confrontó abiertamente al gobierno, singularmente con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo”.
Por su parte Darias alababa igualmente la decisión de Casado de destituir a la Álvarez de Toledo, solamente que abogando por otros argumentos. De acuerdo con la ministra esta decisión de los populares representa “un manifiesto en favor del diálogo y el entendimiento” por parte del principal partido de la oposición.
Este apoyo parece responder a uno de los motivos de alegados por Álvarez de Toledo con respecto a su destitución, su categórica negación a aceptar que PP y PSOE se repartiesen de forma tiránica los asientos del Consejo General del Poder Judicial. Esta práctica, inherente al funcionamiento de la democracia española desde su fundación, de acuerdo con la portavoz, representa un ataque a “la democracia liberal” y la “separación de poderes. Esto, junto con la dureza demostrada por la señora Cayetana en el ejercicio de sus funciones, criticando al gobierno de forma constante y directa, parecen ser los motivos fundamentales tanto de su destitución como del apoyo que se encuentra recibiendo Pablo Casado por parte del gobierno del PSOE-PODEMOS.
Asimismo, la nueva portavoz, Cuca Gamarra, es conocida por su postura cercana a muchos planteamientos izquierdistas, como el apoyo a la causa feminista radical o la defensa de más control del estado sobre la economía. Estos dos aspectos, de la misma forma, representaban los caballos de batalla de Álvarez de Toledo, que consideraba clave la necesidad de oponerse tanto a los dogmas culturales como de defender la libertad de los mercados.
