Foto de: El Nacionale

La economía madrileña mira hacia el futuro con desesperanza. A falta de que el cierre de la capital se haga efectivo tras la orden del Gobierno, las previsiones amenazan con arrasar con el tejido empresarial y el escenario se cubre de un tono cada vez más oscuro.

Según los datos que manejan en la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), las nuevas restricciones supondrían un coste semanal de 600 millones de euros y una caída del Producto Interior Bruto regional que rondaría el 15%. Esas son las estimaciones que barajan desde la patronal ante “la incertidumbre” del panorama que se presenta en el corto plazo en la región.

Los rebrotes de coronavirus dibujan un final de año aún más oscuro del que ya se planteaba en el Área de Economía del Consistorio, que estima que, con una caída cercana al 15% del PIB madrileño en el cuarto trimestre de 2020, el cierre del ejercicio arrojaría un crecimiento negativo del 10,4%.

En el Área que dirige Miguel Ángel Redondo, añaden una pérdida de 210.000 empleos durante este último año siendo las pequeñas y medianas empresas y los autónomos los más afectados en este caso. Unos datos que si se trasladan a sectores concretos afectarían sobre todo a la hostelería con 60.000 empleos destruidos y al comercio minorista con 20.000.

Ante esta “grave situación” que se plantea para la región y para la ciudad, en el Ayuntamiento pidieron ayer “llegar a un punto de encuentro” para “reactivar la economía” aunque “se ponga por delante la salud”.

Por su parte, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, confirmó que parte del superávit del Ayuntamiento irá a parar a la hostelería y el turismo. “Son dos de los sectores más afectados por esta crisis”, que también deslizó “incentivos fiscales extraordinarios” para estos sectores de cara a los próximos presupuestos municipales.

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